Había una vez, hace muchos, muchos años un muchachito que le
apasionaba el Kung Fu, concretamente
Shaolin Kung Fu, no solo por la
disciplina que implica practicarlo, no solo por ser un arte ancestral
del que derivan las artes marciales mas conocidas, sino por el trabajo
interior que representa, las formas (
taolu)
no dejan de ser luchas con un adversario imaginario, "tú mismo, tus
defectos, tus demonios que debes eliminar", es el combate de sombras,
pero para aplicarlo interiormente primero debes dominarlo físicamente y
entonces entenderás que el trabajo es dominio y respeto de tu cuerpo
para poder adentrarte en el trabajo interior, no voy a hablar del chi
porque es un tema que necesitaría paginas, muchas paginas para explicar
la técnica secreta y que pocos, muy pocos realmente conocen, pero eso es
otro tema, volviendo a mi reflexión y haciendo retrospectiva de mis
años en el Kung Fu hay un factor clave o mas bien una pregunta: ¿quien
te puede guiar correctamente en esta disciplina que dura toda una vida?,
sin duda un maestro, vaya respuesta mas evidente, pero cuando digo un
maestro, es un autentico maestro.
Personalmente he trabajado y estudiado con muchos maestros, a los
cuales les estoy muy agradecidos, pero.... hay un antes y un después.
Hace 3 años tuve la suerte, prefiero pensar que los Dioses me guiaron,
de encontrar al Shifu "Shi Miao Zhi", según lo que leía y se
publicitaba: monje Shaolin maestro de Kung Fu de un auténtico Templo
Shaolin, !! pero si esto solo pasa en las películas, es imposible ¡¡.
Pues no, como dice el dicho, la realidad supera la ficción y en este
caso se cumplió. Llevo 3 años con el maestro y no exagero si digo que he
progresado y aprendido mas que en 10 de los anteriores, no, no exagero,
es así. Siempre me he preguntado ¿que es lo que lo hace tan diferente?,
¿por qué es tan especial aprender con él?. La respuesta para mi es
clara: por una parte sientes, palpas y notas que te está dando clases un
auténtico maestro Shaolin que estudio en el templo Shaolin desde su
infancia hasta llegar a ser maestro de Kung Fu de los monjes, ni mas ni
menos. Por otra parte el lugar, El Centro Cultural de China, hace que
nada mas entrar, sientas que te trasladas y te adentras en un lugar que
se venera, se respeta y se alaba al Kung Fu como lo que es, algo
sagrado, pero por si no fuera suficiente el ambiente que ha creado
nuestro Shifu de compañerismo es tan acogedor que te resistes a irte
cuando acaba la clase, los compañeros no son solo grandísimos atletas en
espíritu y cuerpo sino grandísimas personas.
Es curioso que en todos los gimnasios donde he practicado Kung fu, y
de
verdad que han sido muchos, no ha habido nunca en clase un compañero
chino, y se que la colonia china en España practica y estudia Kung fu,
pero internamente, entre ellos, y no admiten "instructores" si no son
fiables. Me sorprendió gratamente ver el primer día que los compañeros
chinos que estudiaban con el Shifu eran casi mas que los españoles,
increíble. Pero mas increíble es lo que ha conseguido Shifu, convertir a
mis compañeros en medallas de oro y plata en las competiciones, ser el
seleccionador de la representación china española de los mundiales de
Kung fu en el cual, ni mas ni menos que nuestro querido compañero Xiaohu
quedo
2ª del mundo en armas.
Será que este ambiente lo origina el Kung
Fu, si, sin duda, pero el nivel que ha conseguido nuestro Shifu en las
clases de Kung Fu es difícilmente alcanzable. Desde aquí mi mas sincero
agradecimiento por tener la suerte de tenerle y esperemos que por mucho,
mucho tiempo hasta que alcancemos el Kung Fu que no es otra cosa que
alcanzar la superación o nivel superior del hombre.
Gracias Shifu.