ha sido emocionante. La primera semana resultaba un poco dificil adaptar
a las condiciones de vida y el entrenamiento diario, luego ya poco a
poco me adapté a esas circunstancias en que ya no te das cuenta de que
pasa el tiempo, solo sabias que tenias que entrenar cada dia mas fuerte y
duro. La convivencia allí en el templo era muy buena, los niños que
viven allí nos trataba como un familiar más , los maestros nos
solucionaba todas las dudas que teníamos en tal que desde el primer dia
no te sentias que has llegado a un lugar desconocido sino que te sientes
que has llegado a otra casa u otra familia, El Templo.
Era difícil de imaginar cómo iba a ser el dia de despedida, incluso
no quería que llegase ese día pero el tiempo pasa y hay que despedirse
de las gentes. Sentía no solo en mi sino en todos los compañeros una
tristeza de tener que despedirse ese dia.
aunque ahora mismo ya no estamos en el templo pero esos buenos recuerdos
del templo siempre se guardara en mi corazón que nunca lo olvidare de
ella.
KUNG FU MADRID
CARLOS